Científicos descubren el exoplaneta en zona habitable más cercano a la Tierra
Miércoles, 24 Agosto 2016
James Jenkins
Astrónomo DAS, FCFM U. de Chile |
Su nombre es Próxima b y se encuentra a un poco más de cuatro años luz de nosotros. En el hallazgo, que será publicado mañana por la revista Nature, participó el astrónomo FCFM de la Universidad de Chile, James Jenkins.
“Entregar este resultado a la humanidad es sencillamente un sueño hecho realidad. Los datos que manejamos nos dejan la puerta abierta para que en siguientes investigaciones busquemos trazos de agua líquida. Si eso ocurriera, la posibilidad de hallar vida se acercaría aún más“, así lo explica el Doctor Jenkins, quien participó en la confirmación de planeta y quien es además académico del Departamento de Astronomía de la FCFM de la Universidad de Chile.
El hallazgo se realizó en el marco de la campaña Red Pale DOT, iniciativa del Observatorio Europeo Austral (ESO), quienes pusieron literalmente el foco de la astronomía durante todo el primer semestre en Próxima Centuri, la estrella más cercana a la Tierra.
Un nuevo mundo... posiblemente habitado
Este planeta tan intensamente buscado, orbita a su fría y roja estrella anfitriona cada 11 días y tiene una temperatura que permitiría la existencia de agua líquida en su superficie. Próxima b, al igual que nuestro planeta, es de características rocosas y es un poco más masivo que la Tierra.
Por su parte, Próxima Centauri, la estrella a la que órbita Próxima b, es muy débil para poder ser detectada a simple vista y se encuentra cerca de un par de estrellas, mucho más brillantes, conocidas como Alfa Centauri AB.
Durante el primer semestre de este año, Próxima Centauri fue observada con regularidad con el espectrógrafo HARPS, instalado en el Telescopio de 3,6 metros ESO en La Silla , ubicado en la región de Coquimbo en Chile y monitorizada simultáneamente con otros telescopios de todo el mundo. Esto formó parte de la campaña de datos abiertos “Pale Red Dot” (Punto rojo pálido), en la que un equipo de astrónomos, dirigido por Guillem Anglada-Escudé, de la Universidad Queen Mary de Londres (Inglaterra), buscaba el pequeño bamboleo que, por la fuerza de la gravedad, denotaría que dicha estrella era orbitada por un planeta.
Guillem Anglada-Escudé explica el trasfondo de esta búsqueda única: "Las primeras señales de un posible planeta se vieron en 2013, pero la detección no era convincente. Desde entonces, trabajamos duro para obtener más observaciones con la ayuda de ESO y de otras instituciones. La reciente campaña Pale Red Dot ha sido llevado casi dos años de planificación".
“El siguiente paso será ‘cazar’ el tránsito del planeta, esto es cuando estos mundos pasan frente de las estrella lo que nos permitirá medir el cambio de luminosidad de la estrella, ya que el planeta bloquea una parte de la luz. Con ello podremos saber si el planeta es más rocoso o si tiene un gran atmosfera”, afirma el profesor de la Universidad de Chile.
Por su parte Guillem Anglada-Escudé concluye: "Se han encontrado muchos exoplanetas y van a descubrirse aún muchos más, pero buscar el potencial análogo de la Tierra más cercano y conseguirlo ha sido la experiencia de toda una vida para todos nosotros.
Historias y esfuerzos de muchas personas convergen en este descubrimiento. El resultado es también un homenaje a todos ellos. El siguiente paso es la búsqueda de vida en Próxima b...".